Quedamos a las 8.00 donde habitualmente nos despedimos al finalizar las salidas ciclistas, en la rotonda de las calles Valladolid y Obispo Ballester. Chispea, pero comentamos que ha debido caer bien durante la noche. Como estará el monte, nos preguntamos...
Llegamos al Bakh, con mucho tiempo por delante hasta la salida, lo que nos permite tomarnos las cosas con calma.
Se da la salida, salimos de la mitad para atrás. Comentamos que la salida no es tan intensa como en los tris... de todos modos, cuando hay sitio vamos pasando gente, por las parcelarias hasta Otazu, luego en el bicicarril vamos taponados hasta Andollu. Aquí giro a la derecha para empezar la subida a Okina, no tiene pendientes excesivas, pero hay tramos con mucho barro, que nos obligan a ir a pie empujando la bici.
Coronamos Okina y bajada hasta el pueblo que da nombre al puerto, por carretera, está Joseba Beloki viendo la marcha. Comenzamos el tramo que discurre por el desfiladero del rio Ayuda. A mitad del camino, al cruzar un riachuelo, nos sobrevino el principal contratiempo de la jornada: Rober rompe el plato pequeño, está totalmente doblado. El daño no es sólo que no pueda meter plato pequeño, si no que encima se le saltan continuamente los piñones... Llegamos hasta Saseta, habiendo sido testigos poco antes del ostión espectacular de un señor, que afortunadamente no ha sido nada.
Continuamos por parcelarias por una zona que sufrió un incendio el año pasado, después un pequeño despiste (menos mal que bajaban otros que se habían perdido delante nuestro, que nos ahorraron el tener que subir un repechón, pero es que había un giro muy mal indicada). Rober en las cuestas tiene que ir en plato mediano, por lo que sube como un tiro. Llegamos como un cristo de barro, por fin, a Albaina, donde está situado el primer avituallamiento. Nos hacen una foto muy chula.
Comemos, bebemos, charlamos, y preguntamos, sin suerte, si alguien nos puede arreglar el problema mecánico de Rober. Cuando vamos a partir ups, Rober ha pinchado (por una vez no he sido yo el que ha pinchado...). Su inflador está jodido, y yo no llevo. Nos dejan uno desde la organización.
Salimos hacia el siguiente tramo, que sería de los más bonitos. Primero una subida más o menos accesible, para después disfrutar con una bajada tendida por bosque. En Lagrán 2º avituallamiento. No tenemos tanta hambre, así que paramos lo justo, eso sí, aprovechando para limpiar la bici.
Cruzamos la Sierra de Cantabria por el puerto o paso del Toro, que en condiciones normales hubiéramos disfrutado su subida. Pero el barro y el plato doblado de Rober, unidos a las fuertes pendientes hacen que tengamos que tirar de la bici a pie un buen rato... encima arriba está lloviendo y hace frío, así y todo unos trikitrilaris animan aguantando estoicamente las inclemencias metereologicas. El principio de la bajada demasiado angosto, luego el camino ensancha y se disfruta más, aunque hay demasiada piedra... otra caida delante nuestro, alguna salida de pista mía, y ya divisamos Laguardia cuando enfilamos la bajada por carretera. Ya en el pueblo, amagos de calambres de mis piernas en la última cuesta, y entrada a meta que testifican estas fotos.
Y mañana la martxa MTB de San Román de Campezu (Durruma Kanpezu)!!!
