Seguimos con las Crónicas de Lanzarote... cuya primera entrega fue
IM LANZAROTE 2011, EL COMIENZO, ahora vamos con la semana previa, que para ser 6 días, ya me han dado juego...
El lunes fue el día para terminar de hacer la maleta. O mejor dicho las maletas. Porque gracias a que mi tocayo Ibon Gabilondo me dejó su maleta para la bici, pude olvidarme del sistema de la caja de cartón. La maleta es más cómoda que la caja. Aunque lo metí todo tan embalado que no me entró la rueda delantera.
El martes, el viaje. Después de trabajar hasta las cuatro de la tarde, pasé a buscar a Rober por su casa, y hacia Loiu. Como llegamos con tiempo, después de sacar todo del coche, dejé a Rober en el aeropuerto con todos los bártulos y yo me fui hasta el Seminario de Derio, donde dejé aparcado el coche (parking gratuito a 10 minutos). Llamé a un taxi para que me llevara al aeropuerto. 13 euros la carrera y de vuelta en el airport. Facturar las maletas y las bicis (75 euros que duelen...) y la duda de si me iban a decir algo por llevar la rueda como equipaje de mano. La espera hasta el embarque se alargó un pelín, ya que la pantalla informaba de un poco de retraso, así que nos lo tomamos con calma, devorando revistas y fruta. El vuelo fue mucho más tranquilo de lo previsto. Poca gente y sin agobios. Yo desde luego que me lo esperaba peor... Había sitios libres, y las azafatas viendo nuestra altura, nos propusieron cambiarnos a los asientos situados de las filas de la salida de emergencia. Y ningún problema por llevar la rueda como equipaje de mano, además de la mochila.
Llegada al aeropuerto de Lanzarote, recoger las maletas y las bicis, y a por el coche de alquiler. Lo que nos costó más de la cuenta fue encontrar el apartamento. Llegamos enseguida a Puerto del Carmen, pero no teníamos ni idea de donde estábamos ni de donde estaba el apartamento, sólo que estaba frente a la playa... Encendimos el GPS, y seguimos dando vueltas mientras pillaba señal, aunque cuando encontró la señal del satélite, no nos sirvió de mucho, ya que acababan de cambiar la regulación del tráfico porque el GPS se volvía loco y había señales borradas en el suelo. Estábamos cerca, pero no atinábamos. Así que prueba y error cada vez una calle más lejos de donde siempre nos escupía la avenida de la playa. Por fin encontramos los apartamentos Roca Blanca. Subir las maletas al apartamento, aparcar el coche y cena rápida en el kebab de la plazuela de delante de “casa”. Yo me dormí enseguida, a Rober le costó algo más, por la música que se oía de una disco cercana...
El miércoles nada más levantarnos salimos a un súper cercano a comprar lo que justo después desayunamos. Después de desayunar, tocó la tarea de sacar, desembalar y montar las bicis.
Una vez montadas las cabras, salimos a trotar por el paseo de Puerto del Carmen, por el circuito de carrera a pie. Nada más salir nos cruzamos a Aja, que iba en bici. El ambiente IronMan se respiraba por todas partes, triatletas nadando en el circuito de natación de la playa, ciclistas que empezaban parte del recorrido, y otros como nosotros reconociendo el terreno de la carrera a pie. Total 9,82 kms en 49’01” (a 5’00” el km) para soltar las piernas del viaje. Lo mejor fue meter las piernas a remojo en la playa al acabar... y de paso, aproveché para dar unas pocas brazadas cerquita de la orilla.
Después hicimos una compra más general, y a comer. Tras un breve descanso post-comida, pillamos el coche y nos dirigimos hacia el club La Santa (organizadores del IM Lanzarote) pero haciendo el trayecto por el recorrido ciclista del IronMan, con alguna parada para sacar fotos ... ... ... y para comprobar el viento que hacía... Recogiendo los dorsales en La Santa, coincidimos con Ana Casares, entrenadora de Rober, que creo que en su blog han colgado una foto casi igual... ;-)
Dimos una vuelta por las instalaciones del lugar, por la expo, donde haciendo un esfuerzo solo compramos una gorra yo, y unas gafas Rober. Ya de vuelta en el coche, debatimos si volver a casa y probar las cabras, o acabar el recorrido ciclista. Finalmente optamos por esto último, así que dirección Playa de Famara, donde hicimos una paradita para merendar.
Para cuando volvimos, cenar y a la cama. Eso sí, un poco más acojonados por el recorrido, y eso que cuando lo haces en coche siempre parece menos...
El jueves habíamos decidido madrugar, para ir acostumbrando al cuerpo. Y para ir a nadar a la playa a primera hora. Qué gozada, disfruté muchísimo nadando en esas aguas tranquilas y transparentes, viendo un montón de peces. Tardamos unos 36 minutos dar una vuelta al circuito. Después tocaba probar las bicis, ver si las habíamos montado bien, y si estaba todo OK. Hicimos el comienzo del recorrido ciclista, por la circunvalación de Puerto del Carmen hasta el cruce de la carretera hacia Yaiza. Primeros toboganes, y se llega a una rotonda que se gira a la derecha, y te encuentras con una cuesta y viento en contra... ahí nos dimos media vuelta y para casa. Unos 15 kms en algo más de media hora, y la mieditis en aumento. En la piscina del apartamento vimos a un tipo que nos sonaba la cara... pero si es el Luarca!!!
Después de comer, siesta y tranquilidad hasta que tuvimos que ir al aeropuerto a buscar a mi hermana, que con la excusa de venir a animarnos, se pasaba unos días en la isla. Una vez instalada en su suite, salimos los 3 a dar una vuelta por la avenida de la playa, llegando hasta el centro comercial. Momento shopping, a la busca y captura de colonias.
El viernes era el día del minitriatlón según el planin de Rober. Así que madrugón, desayunar, prepararnos y para la playa. Nadamos 10 minutillos en la zona de la playa frente a nuestros apartamentos. Nos pusimos los monos del SVC y repetimos el comienzo del circuito de bici del día anterior, sin llegar a la “cuesta de la muerte” je, je, ... Cambio de calzado y carrerita de 3 kms en algo menos de 15 minutos. Chapuzón en la piscina, y esta vez a que no sabéis quien estaba charlando con los mismos triatletas que el día anterior estaba el Luarca? Pues el tal Antonio de TriatlonChannel! Esos debían ser tipos importantes... je, je, ...
El viernes también era el día de la hidratación. Si miércoles y jueves fueron días de carga de hidratos de carbono, para llenar bien los depósitos, el viernes nos dedicamos desde primera hora a beber aquarius. Y consecuentemente, nos pasamos el día yendo al baño a mear.
Por la tarde, preparar todas las cosas, pensando bien qué va en cada bolsa. Con tranquilidad.
Cuando estuvimos listos, fuimos hacia boxes...
Ambientazo triatlético, y los nervios que empiezan a aflorar. De vuelta a casa paramos a ver a los IronKids. Cena y a la cama. Me costó dormirme más que los días anteriores, por los nervios, pero acabé cayendo en los brazos de Morfeo y conseguí descansar bien la noche previa al IM.
IV Duatlón Vitoria 2024
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Por unos motivos o por otros nunca había podido participar en el duatlón de
casa y este año coincidieron los astros, no sin necesidad de logística y
pude...
Hace 1 mes
Lo que me tiene acojonao, es después de más de un mes, te acuerdas con tal lujo de detalles.
ResponderEliminarMooola!!!.
Tenemos que suscribirnos?? o hasta la quincena que viene no sale el 3º capítulo.
El guz
Lo tenía escrito desde hace un par de semanas, pero me faltaba un rato de tranquilidad y elegir las fotos...
ResponderEliminarLa verdad es que recordarlo todo para poder escribirlo fue bonito y recompensante ejercicio mental ;-)))
Y seguro que me dejo cosas...
Lo mejor de esto es como las fotos, cuando pasa el tiempo y vuelves a leer las crónicas, yo es algo que suelo hacer y es más que agradable.
ResponderEliminarEl guz